Los ojos del Camaleón han estado ocultando un secreto
Su capacidad para orientar sus dos ojos en direcciones diferentes es el resultado de una adaptación estructural en sus nervios
Publicado originalmente por Devin Reese en Nautilus, el 10 de noviembre de 2025
Los ojos saltones de los camaleones hacen cosas extrañas; giran en diferentes direcciones como periscopios mientras miran a su alrededor. Un ojo puede estar mirándonos, mientras el otro mira fijamente a un insecto que se escabulle.
Aunque los científicos han estado fascinados por esta capacidad durante siglos, el mecanismo fisiológico que la hace posible seguía siendo un misterio. Hasta ahora.
Un equipo de investigadores ha descubierto que los camaleones poseen dos nervios ópticos enrollados en forma helicoidal que operan de forma independiente trayendo dos escenas separadas al foco del reptil. Informan sus hallazgos en un artículo de Scientific Reports publicado el pasado 10 de noviembre.
"Los ojos camaleónicos son como cámaras de seguridad, que se mueven en todas direcciones", dijo el biólogo Juan Daza de la Universidad Estatal Sam Houston, autor principal del artículo, en un comunicado. "Mueven sus ojos de forma independiente mientras escanean su entorno para encontrar presas. Y en el momento en que encuentran a su presa, sus ojos se coordinan y miran en una sola dirección para poder calcular a dónde disparar sus lenguas".
En el nuevo estudio, Daza y sus colegas examinaron los nervios ópticos de tres especies de camaleones que difieren en tamaño corporal, historia evolutiva y comportamiento. El camaleón de hoja marrón, Brookesia superciliaris, tiene aproximadamente la longitud de un tee de golf y vive en el suelo o en la vegetación arbustiva. El camaleón pigmeo barbudo, Rieppeleon brevicaudatus, es un poco más grande, del tamaño de una pintura de cera, y similar en su uso del hábitat. El camaleón velado, Chamaeleo calyptratus, es el más grande del grupo, de casi un pie de largo y se cree que habita completamente en los árboles. Al comparar especies dispares, los investigadores esperaban determinar qué características de la estructura del nervio óptico eran comunes en los camaleones.
La tomografía computarizada de alta resolución corroboró una observación anterior de que un camaleón controla cada uno de sus ojos de forma independiente, pero puede coordinar los movimientos oculares cuando se fija en un objetivo. Daza y su equipo descubrieron que esto es posible a través del uso de nervios ópticos enrollados helicoidalmente como cables telefónicos antiguos. El enrollamiento apareció en las tres especies. Este enrollamiento aporta a cada especie mucha más longitud del nervio óptico de lo que normalmente estaría presente, lo que permite movimientos salvajes de sus ojos con mucha holgura en su tejido nervioso.
Cuando el ojo de un camaleón gira para mirar algo, el nervio óptico enrollado se despliega para darle la longitud que necesita. Si no tuviera esta disposición helicoidal, los autores del estudio plantean la hipótesis de que el nervio probablemente experimentaría tensión por estas divagaciones oculares radicales. Al examinar los escáneres de embriones de camaleón, los autores del estudio notaron que los nervios ópticos están inicialmente rectos durante el desarrollo, como en otros reptiles, en el huevo, pero se alargan y se enrollan al eclosionar.
El descubrimiento distingue a los camaleones de otros animales, que emplean diferentes adaptaciones para girar su mirada sin forzar el nervio óptico. Por ejemplo, los búhos giran drásticamente el cuello mientras mantienen los ojos firmes. En las ratas, los nervios ópticos son elásticos, lo que les proporciona un poco más de elasticidad para mirar a su alrededor.
Los camaleones, al parecer, podrían haber
desarrollado un enfoque que es único en el reino animal, lo que hace que
esta sorprendente criatura sea aún más una maravilla evolutiva.

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