Los neandertales y los humanos modernos deben clasificarse como especies separadas
Los neandertales y los humanos modernos deben
clasificarse como especies separadas para rastrear mejor nuestros orígenes,
afirma un nuevo estudio del Museo de Historia Natural
Réplica de un cráneo neandertal de La Ferrassie (Francia), de unos 50.000 años de antigüedad, comparado con un cráneo reciente de Homo Sapiens © Trustees of the Natural History Museum
Publicado originalmente por el Museo de Historia Natural de Londres, el 4 de diciembre de 2024
El estudio sostiene que en el momento de la expansión del H. sapiens, la diferenciación entre las dos especies se había producido hasta el punto de que eran especies distinguibles.
Un nuevo estudio publicado por investigadores del Museo de Historia Natural de Londres y del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina ha reforzado la afirmación de que los neandertales y los humanos actuales (Homo sapiens) deben clasificarse como especies separadas para seguir mejor nuestra historia evolutiva.
Cada investigador tiene su propia definición de especie. Es indiscutible que H. sapiens y neandertales proceden de la misma especie parental, pero los estudios sobre la genética y la evolución de los neandertales han reavivado el debate sobre si deben clasificarse como especies separadas de H. sapiens o como una subespecie (H. sapiens neanderthalensis).
Chris Stringer (Museo de Historia Natural de Londres) y Andra Meneganzin (Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica) defienden la primera opción y afirman que, a pesar de las limitaciones inherentes al registro fósil, existen suficientes pruebas morfológicas, ecológicas, genéticas y temporales para justificar esta categorización, y afirman que estas pruebas reflejan la complejidad del proceso de especiación, en el que las poblaciones de una especie parental divergen progresivamente para convertirse en especies descendientes diferentes. Según ellos, el desacuerdo taxonómico se explica mejor por cómo se modela el proceso de especiación en el registro que por los conflictos entre tipos de pruebas.
La Dra. Andra Meneganzin, investigadora postdoctoral del Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina y autora principal del estudio, afirma: «En la ciencia de los orígenes humanos, los supuestos teóricos implícitos y poco realistas pueden ser tan limitantes como la escasez de datos. Los desacuerdos taxonómicos sobre la clasificación de nuestra especie y la de los neandertales ofrecen un excelente ejemplo de expectativas excesivamente simplificadas sobre la naturaleza de la especiación. Tanto en los taxones actuales como en los del pasado, la especiación se desarrolla a través del espacio y el tiempo, mediante múltiples etapas que implican la adquisición gradual de caracteres distintos. Al interpretar los registros fósiles a través de las dimensiones temporales y geográficas que configuraron la diversidad humana en el pasado, los datos disponibles pueden ser cada vez más informativos, en lugar de más limitadores, y contribuir a que los debates superen estancamientos improductivos.
El profesor Chris Stringer, director de investigación del Museo de Historia Natural y coautor del artículo, afirma: «En el contexto de los neandertales y los Homo sapiens, debemos considerar la especiación como un proceso gradual que se produjo a lo largo de más de 400.000 años. Es cierto que ambos se cruzaron cuando no estaban separados geográficamente, pero con el tiempo la diferenciación continuó hasta el punto de que los dos eran especies claramente distintas. Cuando los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años, las dos especies se encontraban en la fase final del proceso de especiación y estaban desarrollando un aislamiento reproductivo entre ellas.»
Trazar el mapa de la especiación a lo largo de un periodo de 400.000 años a partir de pruebas paleontológicas y arqueológicas ha resultado todo un reto para los científicos, ya que en las últimas fases de la especiación H. sapiens y neandertales siguieron cruzándose e intercambiando genes y comportamientos. Sin embargo, para rastrear con fiabilidad la evolución humana moderna, es necesario establecer categorizaciones sobre la evolución anatómica y geográfica. El estudio afirma que si el mestizaje fuera la última palabra a la hora de determinar el estatus de las especies, cientos de especies distintas de mamíferos y aves actuales verían revocado su estatus de especies separadas y que, sin el reconocimiento de patrones en la evolución y la posterior categorización, la cuestión de cuándo apareció una especie por primera vez se vuelve más intrincada.
Los registros fósiles muestran que el H. sapiens se desarrolló en África, mientras que los neandertales lo hicieron en Eurasia durante al menos 400.000 años. Sin embargo, el estudio sostiene que en el momento de la expansión del H. sapiens y el posterior mestizaje, la diferenciación entre las dos especies se había producido hasta el punto de que eran especies distinguibles. Un ejemplo llamativo de diferenciación es que sus perfiles ecológicos eran distinguibles y estaban asociados a hábitats «mínimamente diferentes».
Los neandertales estaban mejor equipados para soportar climas más fríos, una adaptación que aún hoy no hemos desarrollado plenamente sin el uso de la tecnología. Tenían que ser más activos físicamente y durante periodos más largos para reunir los recursos que necesitaban para sobrevivir, lo que ayuda a explicar las diferencias morfológicas, como las formas de la caja torácica y la pelvis, que permiten deducir órganos internos más grandes, como los pulmones, el corazón y el hígado, entre una amplia gama de distinciones anatómicas. Esto puede haber sido un factor en su extinción, ya que el esqueleto más grácil del H. sapiens sugiere una fisiología más económica, menos exigente en energía y recursos, y ayudada por una tecnología compleja. Esto podría haber marcado la diferencia entre la supervivencia y la extinción cuando se produjo un rápido cambio climático, o una fuerte competencia por los recursos donde ambos coexistieron.
Este nuevo y audaz artículo, un campo de investigación en constante evolución, pretende ofrecer un marco teórico explícito para futuros estudios y aboga por una contextualización cronológica y evolutiva más matizada del registro fósil disponible.
Homo sapiens, Neanderthals and Speciation Complexity in Palaeoanthropology puede leerse ahora en Evolutionary Journal of Linnean Society.
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