Suave estimulación eléctrica, para tratar la depresión en casa

Un dispositivo que suministra una pequeña corriente eléctrica al cerebro tiene efectos beneficiosos en casos de depresión que no responden a fármacos o terapias.

Publicado originalmente por Miryam Naddaf el 21 de octubre de 2024


Un cerebro sano (imagen de IRMf). Los investigadores estudian los efectos de estimular regiones del cerebro relacionadas con la depresión. Crédito: Mark & Mary Stevens Neuroimaging and Informatics Institute/Science Photo Library

Un ensayo clínico a distancia en el que han participado más de 150 personas ha demostrado que un tratamiento experimental para la depresión -que utiliza un dispositivo similar a un gorro de natación para estimular suavemente el cerebro- puede ser eficaz cuando se lleva a cabo en casa.

La terapia no invasiva, conocida como estimulación transcraneal por corriente continua (tDCS), está diseñada para estimular zonas del cerebro relacionadas con la regulación del estado de ánimo, y suministra una corriente eléctrica débil e indolora a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo. Podría cambiar las reglas del juego para más de un tercio de las personas con depresión que no responden a los tratamientos habituales, como los antidepresivos o la psicoterapia.

El ensayo, descrito el 21 de octubre en Nature Medicine1, descubrió que tras diez semanas de tratamiento regular, los participantes que recibieron tDCS mostraron una mayor reducción de los síntomas depresivos que los del grupo de control. En investigaciones anteriores se había explorado el uso de la tDCS para tratar la depresión, pero este estudio destaca por su larga duración y su diseño a distancia, en el hogar, que no requería que los participantes realizaran visitas diarias a una clínica especializada.

«Cuando se piensa en ese aspecto de las barreras a la salud mental, la accesibilidad es una de las más importantes», afirma Shawn McClintock, neuropsicólogo clínico del Centro Médico UT Southwestern de Dallas (Texas), que no participó en el estudio. El ensayo «empieza a confirmar la capacidad de llevar los tratamientos de salud mental al hogar», añade.

Activar las células cerebrales

En el ensayo, los investigadores se centraron en el córtex prefrontal dorsolateral, una región del cerebro implicada en la toma de decisiones que suele estar menos activa en las personas con depresión. «La tDCS consiste en una pequeña corriente que facilita la descarga o activación de las células cerebrales», explica Cynthia Fu, coautora del estudio y neurocientífica clínica del King's College de Londres.

Fu y sus colegas entrenaron a 120 mujeres y 54 hombres, todos ellos diagnosticados de trastorno depresivo mayor, para utilizar los auriculares tDCS y los asignaron aleatoriamente al grupo de tratamiento o al de control.


Relacionado: un patrón de cableado cerebral relacionado conla depresión

Los del grupo de tratamiento recibieron una corriente de 2 miliamperios en el cuero cabelludo -aproximadamente el 0,5% de la cantidad que consume una bombilla de 100 vatios- durante 30 minutos, 5 veces a la semana durante las 3 primeras semanas, y luego 3 veces a la semana durante 7 semanas. Los participantes del grupo de control llevaban unos auriculares simulados, que sólo emitían un breve pulso de corriente al inicio de cada sesión, imitando la sensación de la tDCS real sin proporcionar la misma estimulación.

Después de 10 semanas, la puntuación del grupo de tratamiento en una escala que mide los síntomas de la depresión disminuyó 9,41 puntos, mientras que la del grupo de control se redujo 7,14 puntos. Casi el 45% de los participantes con el dispositivo tDCS activo experimentaron una reducción o recuperación de sus síntomas, frente a casi el 22% de los que utilizaron el dispositivo simulado. Los auriculares se utilizaron como complemento de otros tratamientos: muchos de los participantes en el estudio tomaron antidepresivos y se sometieron a psicoterapia durante al menos seis semanas antes del estudio.

Resultados dispares

Aunque estos resultados son alentadores, investigaciones anteriores han sugerido que la tDCS no funciona para todo el mundo. El año pasado, por ejemplo, un estudio de 150 personas descubrió que la tDCS no tenía efectos antidepresivos2. Pero tanto los ensayos con resultados positivos como los negativos son igualmente importantes para investigar el potencial del método como tratamiento de la depresión, afirma Frank Padberg, psiquiatra de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich (Alemania). El siguiente paso debería ser entender por qué la tDCS funciona en unas personas y en otras no, y buscar formas de personalizar el tratamiento, añade. «Cada persona necesita una dosis diferente».

Los estudios futuros también podrían utilizar imágenes cerebrales y registros eléctricos para observar en tiempo real los cambios en los circuitos neuronales durante el tratamiento con tDCS, dice McClintock. Esto ayudaría a los investigadores a «ver lo que este tratamiento está haciendo realmente a nivel del circuito neuronal».

«Hace tres décadas, yo no habría pensado que esta estimulación hiciera nada en el cerebro», dice Padberg. Pero ahora que se sabe que la tDCS afecta a la actividad cerebral, «estoy bastante seguro de que un método optimizado llegará algún día a la atención clínica», afirma.

doi: https://doi.org/10.1038/d41586-024-03446-7

Referencias;

  1. Woodham, R. D. et al. Nature Med. https://doi.org/10.1038/s41591-024-03305-y (2024).

Article  Google Scholar 

  1. Burkhardt, G. et al. Lancet 402, 545–554 (2023). Article  PubMed  Google Scholar 

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