¿Estamos ante el renacer de las vacunas contra el cáncer?
Tras años de resultados mediocres, las vacunas contra el cáncer parecen estar a punto de triunfar. Por fin.
Publicado originalmente por Cassandra Willyard en MIT Technology Review, el 3 de mayo de 2024
La última semana de abril, Moderna y Merck pusieron en marcha en el Reino Unido un gran ensayo clínico de una nueva y prometedora terapia contra el cáncer: una vacuna personalizada que se dirige a un conjunto específico de mutaciones encontradas en el tumor de cada individuo. En este estudio participan pacientes con melanoma. Pero las empresas también han puesto en marcha un ensayo de fase III para el cáncer de pulmón. Y a principios de este mes, BioNTech y Genentech anunciaron que una vacuna personalizada desarrollada en colaboración resulta prometedora en el cáncer de páncreas, cuya tasa de supervivencia es notoriamente baja.
Los fabricantes de fármacos llevan décadas trabajando en vacunas que ayuden al sistema inmunitario a combatir el cáncer, pero sin mucho éxito. Pero los prometedores resultados del año pasado sugieren que la estrategia puede estar alcanzando un punto de inflexión. ¿Cumplirán por fin estas terapias sus promesas?
Mucho antes de que las empresas utilizaran el ARNm para luchar contra el covid, ya estaban desarrollando vacunas de ARNm para combatir el cáncer. BioNTech suministró sus primeras vacunas de ARNm a personas con melanoma resistente al tratamiento hace casi una década. Pero cuando llegó la pandemia, el desarrollo de vacunas de ARNm se aceleró. Ahora se están llevando a cabo docenas de ensayos para comprobar si estas vacunas pueden transformar el cáncer del mismo modo que lo hicieron con el covid.
Noticias recientes hacen que algunos expertos se muestren cautamente optimistas. En diciembre, Merck y Moderna anunciaron los resultados de un ensayo anterior en el que participaron 150 personas con melanoma que habían sido operadas para extirparles el cáncer. Los médicos administraron nueve dosis de la vacuna a lo largo de unos seis meses, así como lo que se conoce como un inhibidor del punto de control inmunitario. Tras tres años de seguimiento, la combinación había reducido el riesgo de recurrencia o muerte casi a la mitad en comparación con el inhibidor de puntos de control solo.
El futuro de las vacunas de ARNm
Las vacunas de ARNm nos ayudaron a superar la pandemia del virus Covid-19, pero también podrían ayudarnos a defendernos de muchas otras enfermedades infecciosas, ofrecer protección universal contra la gripe e incluso tratar el cáncer.
Los nuevos resultados comunicados por BioNTech y Genentech, procedentes de un pequeño ensayo con 16 pacientes con cáncer de páncreas, son igualmente emocionantes. Tras una intervención quirúrgica para extirpar el cáncer, los participantes recibieron inmunoterapia, seguida de la vacuna contra el cáncer y un régimen estándar de quimioterapia. La mitad de ellos respondieron a la vacuna y, tres años después del tratamiento, seis de esas personas aún no habían sufrido una recidiva del cáncer. Los otros dos habían recaído. De los ocho participantes que no respondieron a la vacuna, siete habían recaído. Algunos de estos pacientes podrían no haber respondido porque carecían de bazo, que desempeña un papel importante en el sistema inmunitario. Este órgano les fue extirpado como parte del tratamiento contra el cáncer.
La esperanza es que la estrategia funcione en muchos tipos distintos de cáncer. Además del cáncer de páncreas, la vacuna personalizada de BioNTech se está probando en cáncer colorrectal, melanoma y cánceres metastásicos.
El objetivo de una vacuna contra el cáncer es entrenar al sistema inmunitario para que reconozca mejor las células malignas y pueda destruirlas. El sistema inmunitario tiene la capacidad de eliminar las células cancerosas si es capaz de encontrarlas. Pero los tumores son escurridizos. Pueden esconderse a plena vista y emplear todo tipo de trucos para evadir nuestras defensas inmunitarias. Y las células cancerosas suelen parecerse a las células del propio cuerpo porque, bueno, son las células del propio cuerpo.
Sin embargo, existen diferencias entre las células cancerosas y las sanas. Las células cancerosas adquieren mutaciones que las ayudan a crecer y a sobrevivir, y algunas de esas mutaciones dan lugar a proteínas que tachonan la superficie de la célula, los llamados neoantígenos.
Las vacunas personalizadas contra el cáncer, como las que están desarrollando Moderna y BioNTech, se adaptan al cáncer concreto de cada paciente. Los investigadores recogen un fragmento del tumor del paciente y una muestra de células sanas. Secuencian estas dos muestras y las comparan para identificar mutaciones específicas del tumor. A continuación, esas mutaciones se introducen en un algoritmo de inteligencia artificial que selecciona las que tienen más probabilidades de provocar una respuesta inmunitaria. Juntos, estos neoantígenos forman una especie de esbozo policial del tumor, una imagen aproximada que ayuda al sistema inmunitario a reconocer las células cancerosas.
"Muchas inmunoterapias estimulan la respuesta inmunitaria de forma inespecífica, es decir, no directamente contra el cáncer", afirma Patrick Ott, director del Centro de Vacunas Personalizadas contra el Cáncer del Instituto Oncológico Dana-Farber, en una entrevista de 2022. "Las vacunas personalizadas contra el cáncer pueden dirigir la respuesta inmunitaria exactamente a donde debe estar".
¿Cuántos neoantígenos se necesitan para crear ese esbozo? "Realmente no sabemos cuál es el número mágico", dice Michelle Brown, vicepresidenta de terapia individualizada de neoantígenos en Moderna. La vacuna de Moderna tiene 34. "Se reduce a lo que podríamos encajar en la cadena de ARNm, y nos da múltiples inyecciones para asegurar que el sistema inmune es estimulado de la manera correcta", dice. BioNTech utiliza 20.
Los neoantígenos se introducen en una cadena de ARNm y se inyectan en el paciente. A partir de ahí, las células los captan y los traducen en proteínas, y esas proteínas se expresan en la superficie de la célula, suscitando una respuesta inmunitaria.
El ARNm no es la única forma de enseñar al sistema inmunitario a reconocer los neoantígenos. Los investigadores también liberan neoantígenos en forma de ADN, péptidos, células inmunitarias o vectores virales. Y muchas empresas están trabajando en vacunas contra el cáncer "listas para usar" que no son personalizadas, lo que ahorraría tiempo y dinero. De los cerca de 400 ensayos clínicos en curso que evaluaban vacunas contra el cáncer el pasado otoño, aproximadamente 50 incluían vacunas personalizadas.
No hay garantías de que ninguna de estas estrategias den resultado. Incluso si lo hacen, el éxito en un tipo de cáncer no significa automáticamente el éxito contra todos. Muchas terapias contra el cáncer han resultado muy prometedoras al principio, pero han fracasado cuando se han sometido a grandes ensayos clínicos.
Pero el renovado interés y la actividad en torno a las vacunas contra el cáncer son alentadores.
Y las vacunas personalizadas podrían tener la oportunidad de triunfar donde otras han fracasado. La estrategia tiene sentido para "muchos tipos de tumores diferentes y muchos entornos distintos", afirma Brown. "Con esta tecnología, realmente tenemos muchas aspiraciones".
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