La lectura de ondas cerebrales de los pulpos descubre una pauta nunca vista
Publicado originalmente por Ben Turner el 27 de abril de 2023
Los investigadores conectaron quirúrgicamente electrodos a los pulpos, permitiéndoles conocer lo que sucede en las mentes de los cefalópodos por primera vez.
Un pulpo de arrecife del Caribe (Octopus briareus) cazando por la noche en un arrecife de coral en Curazao. (Crédito de la imagen: Wild Horizons/Universal Images Group vía Getty Images)
Los pulpos poseen una onda cerebral nunca vista hasta ahora en animales, similar a las que se pueden encontrar en humanos, según revelan los primeros registros cerebrales tomadas de pulpos en cautividad.
El innovador estudio capturó las primeras grabaciones cerebrales de pulpos que se movían libremente. Se llevó a cabo implantando electrodos en el cerebro de estos animales y conectándolos a grabadores de datos situados bajo su piel. La importancia de estas grabaciones reside en la primicia que supone conocer el funcionamiento de las mentes de los cefalópodos. Los investigadores publicaron sus hallazgos el 27 de marzo en la revista Cell.
"Algunos de los patrones de actividad registrados guardan cierta similitud con los patrones de actividad observados en el hipocampo de los mamíferos, que es también un centro de memorización", dijo a Live Science la autora principal del estudio Tamar Gutnick, científica visitante de la Universidad de Nápoles. "Pero también observamos patrones únicos, actividad de 2Hz, que nunca se informaron en otros animales".
Los pulpos y sus parientes cefalópodos cercanos, como el calamar y la sepia, son un tema fascinante entre los biólogos desde el siglo III dC, cuando el autor y naturalista romano, Claidius Aelianus, notó sus características "claramente observables" de "travesura y artesanía".
Los pulpos y otros cefalópodos han sido estudiados durante mucho tiempo debido a su inteligencia. Poseen una memoria notable, sobresalen en el camuflaje, sienten curiosidad por su entorno, se les ha observado usando herramientas para resolver problemas y, como indican las ondas de colores que destellan en su piel mientras duermen, se cree que incluso sueñan.
Sin embargo, la actividad de las mentes de los pulpos puede ser difícil de observar. Los brazos de estas criaturas pueden alcanzar cualquier parte de sus cuerpos deshuesados, por lo que no solo pueden alcanzar y arrancar fácilmente cualquier objeto invasivo de seguimiento, sino que no hay un lugar obvio en el que anclar dispositivos de grabación que puedan detectar ondas cerebrales.
Para superar este escollo, los investigadores insertaron quirúrgicamente dispositivos de seguimiento médico en las cabezas de tres pulpos cautivos, en una región del cerebro de los pulpos responsable del aprendizaje y la memoria, conectados a grabadores de datos de peso liviano, utilizados a menudo en aves. De esta forma los científicos pudieron registrar sus ondas cerebrales durante 12 horas, mientras los pulpos dormían, se acicalaban y exploraban su tanque.
Los patrones de ondas cerebrales registrados sorprendieron a los científicos de varias maneras. En primer lugar, los investigadores descubrieron ondas cerebrales que eran muy similares a las encontradas en el hipocampo humano.
Esto sugiere una evolución neurológica convergente, donde dos animales que evolucionan desarrollan el mismo rasgo por separado, ya que el último ancestro común de los humanos con los pulpos fue un gusano plano de arrastre del fondo marino que vivió hace unos 750 millones de años y no poseía nada más que un cerebro rudimentario. Los investigadores hallaron también un tipo de ondas cerebrales conocidas por controlar los ciclos de sueño-vigilia en otros animales.
Junto con las ondas cerebrales más familiares, los investigadores también encontraron unas que nunca habían visto antes en las grabaciones. Lentas y de larga duración, se repetían solo dos veces por segundo. Los científicos no están seguros de para qué se están utilizando estas misteriosas ondas cerebrales. “”, dijeron los investigadores.
"Lo más probable es que se requieran grabaciones adicionales realizadas utilizando pulpos ya entrenados para mostrar ciertos comportamientos, de modo que se puedan obtener pautas a partir de un comportamiento similar", dijo Gutnick. "En los vertebrados, este es el método clave para encontrar patrones en la actividad cerebral que nos ayuden a comprender cómo coordina el cerebro el comportamiento".
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